Catéter implantable en el cáncer: cuidados, utilidad y experiencia desde la enfermería y la vida


Hay momentos en el camino del cáncer que marcan un antes y un después. Para mí, uno de ellos fue cuando me hablaron del catéter implantable. Como enfermera oncóloga, conocía perfectamente su función y sus beneficios. Pero vivirlo como paciente me dio una nueva perspectiva: la del cuerpo que siente, que se adapta y aprende a confiar en la tecnología que lo acompaña en su proceso de sanación.

🌿 ¿Qué es un catéter implantable?

El catéter implantable —también conocido como Port-a-Cath o “puerto”— es un pequeño dispositivo que se coloca bajo la piel, generalmente en el pecho, conectado a una vena central.

Su función es permitir el acceso directo al torrente sanguíneo para administrar medicamentos, quimioterapia, transfusiones o extraer muestras de sangre, sin tener que pinchar repetidamente las venas periféricas.

Es discreto, seguro y puede permanecer colocado durante todo el tratamiento, evitando molestias y reduciendo complicaciones en el acceso venoso.


💉 Más que un dispositivo: un puente de confianza

Como profesional, siempre supe que el catéter implantable era una herramienta que facilita el tratamiento. Pero cuando me convertí en paciente, comprendí su verdadero valor: el alivio de no temer cada canalización, la posibilidad de recibir los medicamentos con mayor comodidad y la tranquilidad de saber que el cuerpo tenía un “puerto seguro”.


Recuerdo la primera vez que me lo colocaron. Sentí miedo, sí, pero también esperanza. Con el tiempo, aprendí a verlo no como un símbolo de enfermedad, sino como una muestra de cuidado. Un recordatorio de que la ciencia y la empatía pueden ir de la mano.



🌸 Cuidarlo también es una forma de autocuidado

El catéter implantable requiere cuidados específicos que, aunque sencillos, son fundamentales.
Desde mi experiencia, estos son algunos consejos importantes:

1.   Confía en tu equipo de enfermería: somos quienes cuidamos ese pequeño acceso con la mayor delicadeza posible.

2.      Pregunta sin miedo.
Ninguna pregunta es “tonta”. Entender cómo funciona tu catéter te da poder y seguridad.

3.      Observa tu cuerpo.
Si notas enrojecimiento, dolor o calor en la zona, comunícalo de inmediato. Tu cuerpo siempre habla.

4.      Reconócelo como parte de ti.
A veces cuesta aceptar un dispositivo extraño bajo la piel, pero verlo como un aliado puede transformar tu relación con el tratamiento.


💬 Desde el corazón de una enfermera y una paciente

Hoy, cuando acompaño a otros pacientes en su proceso, ya no hablo del catéter solo desde la técnica.
Les hablo desde la empatía, desde la vivencia. Les cuento que lo tuve, que también me asustó, pero que fue mi compañero silencioso en muchos días difíciles.
Les enseño que detrás de cada acceso venoso hay un acto de amor y cuidado.

El catéter implantable no solo facilita el tratamiento oncológico, también simboliza una parte del camino donde la ciencia, el cuerpo y la esperanza se encuentran.

Porque cada puerto colocado es una puerta abierta a la vida, y cada paciente que lo lleva merece acompañamiento, respeto y ternura.



Escrito por Alexandra Hernández, enfermera oncóloga y paciente sobreviviente 

Sobre la autora




Alexandra Hernández , enfermera oncóloga con más de 15 años de experiencia en el cuidado integral de pacientes con cáncer. Combina conocimiento científico y sensibilidad humana para acompañar a pacientes y cuidadores, ofreciendo educación, orientación y apoyo en cada etapa del proceso oncológico. 


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